Fin del recreo. Rien ne va plus. Last station.
En la última clase de Periodismo Literario que impartió a mi curso (Periodismo, 2000), Eresfea nos animaba a escribir siguiendo esta valiosa sugerencia: "encontrad un tono, una voz propia". Recuerdo ése y otros muchos consejos de quienes me ayudaron a mimar la escritura: Paco, Fernando, Ander... Mucho de lo que me enseñaron aquellos maestros he intentado aplicarlo en esta bitácora, aunque quizá no he logrado lo del tono. Pasaba de la descripción costumbrista al poema íntimo, del diario sarcástico a la crítica fílmica. Aparte de mayor o menor talento, había un problema básico para encontrar una voz del todo coherente: estas crónicas neoyorquinas eran la sexta o séptima de mis prioridades en USA. Para evitar la alta toxicidad de los blogs -más adictivos que cualquier chute nocturno-, me prometí empezarlo si conseguía internet en casa (san Netgear) y si tomaba distancia con él. De ahí que nunca entrara a responder a los comentarios. "¡Prohibido revisar el blog en el trabajo, Nahum!".
Aún así, este Otoño en NY ha resultado una satisfacción. Desde el punto de vista académico, la estancia me ha servido para poner los cimientos de mi investigación y mi docencia para los próximos tres años. Desde el punto de vista humano, viajar me ha abierto la mente y Nueva York me ha proporcionado bellas e inolvidables vivencias. Gracias a este blog he sentido que las exprimía más al ordenarlas en un relato, al sugerirlas en un apunte.
Ahora, el barco ya ha llegado a puerto y toca desembarcar, amigos. Como buen capitán, he de agradecer personalmente el trabajo de la tripulación. Los que siempre han estado ahí, soplando en las velas sin desfallecer: el ánimo siempre fiel del genial Sintomático, la gracia y profundidad del maestro Ander, la sutilidad poética de J. y Momò.
Los que se subían y bajaban de la nave según la meteorología: el caústico Leonard, mi admirada Lucía, el elegante Asincopado, el sensible Javier Arturo, el estilizado Desaparecido o el bravo Á. Matía.
Aquellos que de vez en cuando paseaban por cubierta para saludar: la socarronería de Álex, los miedos del disfrazado Mikel, la bendita mala leche de Paco Sancho, el guadianesco nomeacuerdo (¡este blog sí que tiene tono!), el sindrogámico Walter Kung-Fú...
O el grupo que hizo con nosotros las últimas travesías: el recién nacido y ya brillante Wolframio, el bostoniano Christian, el prometedor Pol, el "descomillado" Felipe... También querría tener un recuerdo para la delicada Marta, que me lee y no me escribe, y para Pacifista, que me escribe y no me lee.
Y todo el viaje con la tranquilidad de contar con un buen grumete: el sagaz Carmelo-Mariano, que me ha supervisado con ojos orgullosos de Papá.
Por último, agradezco a todos los que simplemente me leían y, cómo no, a la legión de Anónimos; me encantaría descubrirlos en este baile de máscaras. En especial, echo de menos al ganador del concurso, el anónimo por antonomasia del blog. Pero también añoraré al "sutil" corsario Dulci-neo, al enigmático Mesonero Arruinado, al impagable Caballero de la Blanca Luna, a la pijita Pitita, o al ácido Andy Gibb (a veces vestido de Príncipe de Bekeular).
¡Tantos buenos momentos blogueros!
Sin duda, esto ha merecido la pena.
Aún así, este Otoño en NY ha resultado una satisfacción. Desde el punto de vista académico, la estancia me ha servido para poner los cimientos de mi investigación y mi docencia para los próximos tres años. Desde el punto de vista humano, viajar me ha abierto la mente y Nueva York me ha proporcionado bellas e inolvidables vivencias. Gracias a este blog he sentido que las exprimía más al ordenarlas en un relato, al sugerirlas en un apunte.
Ahora, el barco ya ha llegado a puerto y toca desembarcar, amigos. Como buen capitán, he de agradecer personalmente el trabajo de la tripulación. Los que siempre han estado ahí, soplando en las velas sin desfallecer: el ánimo siempre fiel del genial Sintomático, la gracia y profundidad del maestro Ander, la sutilidad poética de J. y Momò.
Los que se subían y bajaban de la nave según la meteorología: el caústico Leonard, mi admirada Lucía, el elegante Asincopado, el sensible Javier Arturo, el estilizado Desaparecido o el bravo Á. Matía.
Aquellos que de vez en cuando paseaban por cubierta para saludar: la socarronería de Álex, los miedos del disfrazado Mikel, la bendita mala leche de Paco Sancho, el guadianesco nomeacuerdo (¡este blog sí que tiene tono!), el sindrogámico Walter Kung-Fú...
O el grupo que hizo con nosotros las últimas travesías: el recién nacido y ya brillante Wolframio, el bostoniano Christian, el prometedor Pol, el "descomillado" Felipe... También querría tener un recuerdo para la delicada Marta, que me lee y no me escribe, y para Pacifista, que me escribe y no me lee.
Y todo el viaje con la tranquilidad de contar con un buen grumete: el sagaz Carmelo-Mariano, que me ha supervisado con ojos orgullosos de Papá.
Por último, agradezco a todos los que simplemente me leían y, cómo no, a la legión de Anónimos; me encantaría descubrirlos en este baile de máscaras. En especial, echo de menos al ganador del concurso, el anónimo por antonomasia del blog. Pero también añoraré al "sutil" corsario Dulci-neo, al enigmático Mesonero Arruinado, al impagable Caballero de la Blanca Luna, a la pijita Pitita, o al ácido Andy Gibb (a veces vestido de Príncipe de Bekeular).
¡Tantos buenos momentos blogueros!
Sin duda, esto ha merecido la pena.
38 comentarios:
Gracias a ti por estas estupendas crónicas desde NY. Sí que tienes tono, hombre. Precisamente tu tono estaba ahí, en esa mezcla inconfundible de frases para enmarcar, sarcasmo y poesía de los suburbios.
No puedes irte, Nahum. Insisto, deber revisitar NY de otra forma desde Pamplona. Lo tienes ahí. Al alcance.
No puedes dejar de ser un bloguero itinerante y volver a serlo después. Está prohibido, es una ley no escrita.
...Muchas gracias, por haber retratado tan magníficamente ese universo tan interesante, desde mil ópticas y puntos de vista tan diferentes, desde lo cotidiano pasando por lo más estandarizado; desde el tópico hasta la más ordinaria singularidad de la esquina de tu calle,...desde aquí mi apoyo y ánimos a que sigas con la actividad bloggera, a pesar de mis ácidos dardos,...ahhh, y por supuesto, muchas gracias por hacer de avanzadilla, este blog es un documento utilísimo para próximas incursiones a la capital mundial,...
Venga, vale, ya te escribo...
Lo que pasa es que si te crees que te vas a desbloguear lo llevas claro. Tengo grandes planes, amigo, y ese prosista que ha nacido no se puede ahogar en el Atlántico.
Por hoy, sanseacabó.
Pues sin ser cursí y sin que Ander me acuse de trabajar para InterFlora, a mí me da mucha pena.
Primero, porque lo que cuentas siempre resulta interesante. Segundo, porque la manera de contarlo me hace estar seguro que estoy ante alguien que maneja muy bien el lenguaje y derrocha cultura; y, tecero y más importante, porque en Otoño en Nueva York yo tenía un referente al que seguir. Un periodista joven -aunque con barriga- que ha llegado lejos y aún le queda mucho por hacer y que mostrar. Y eso me da fuerzas para seguir en una carrera profesional que yo apenas acabo de empezar.
Espero que haya un segundo blog
Gracias.
Coñe, Álvaro, ¡¡que me sacas los colores!!
Pues hoy sí te escribo.
Para agradecerte ese recuerdo pero sobre todo, las historias tan estupendas que nos han mantenido en vilo al otro lado del ordenador.
Para despedir este "Otoño en N.Y." -no sin pena grande-.
Para decir que yo también espero un segundo blog: el que toque, cuando sea y desde donde pares.
Sin ningún ánimo de peloteo -aunque me arriesgo a que así suene- y con toda sinceridad, eres un fenómeno.
No tardes en volver y cuídate mucho.
Tus historias han sido estupendas. Y bien contadas. De aquí, el ego se te hincha más que la panza... Nos vemos por la 2ª planta (buenosdías/hastaluego). Ánimo con ese segundo blog.
Ha sido un gustazo leerte. Sólo lo voy a repetir una vez más, porque ya llevamos un tiempo despidiéndonos del blog: tómate un descanso, dale os vueltas al coco y vuelve al ataque. Te esperamos.
Gracias a todos.
Yo solo me despedía en esta última entrada. En las anteriores solo dejaba escapar un poquito de melancolía, pero el adiós oficial es ésta.
Lo de volver, no sé, de momento me tomaré un descanso y seguiré gorroneando de blogs ajenos. Ahora se me hace más difícil encontrar una buena veta, la famosa "voz propia".
Pero si la encuentro, volveré.
Pero, de momento, gorrón-Nahum, chicos.
Tendremos paciencia. Volverás. Y pronto. Puedes estar sin escribir unos minutos. Pero enseguida tienes que salir a por aire.
O te mueres.
--
P.S. Chivato.
Aquí pongo algunas fotos más de NY.
que sepas que aunque me dejaste sin mis medias de reji-lla, no te guardo rencor, es más si necesitas pase vip para el avión dímelo y mi mayordomo te lo enviará.
el otro día te vi por la quinta avenida, desde mi loft, ni caso a los que dicen que estas gordo, estas ideal.
Y no soy pija estoy por encima de esos convencionalismos, oyes.
Bacios mil
Nada de despedisas, mira otro blog: Invierno en Pamplona. O Iruña, si prefieres un toque exótico.
Abrazote
Joder, tanta despedida y lo que has hecho ha sido volver. Qué cosas raras.
Nos vamos para volver, J.
Pitita, Pitita, ¡basta de tomaduras de pelo, que creo que ya sé quién eres, vacilón!
Y father, mil gracias por lo de las fotos e ¡incluso los enlaces!, pero podías haber incluido alguna de Mamá y tú, ¿no? Demasiado yo... Aunque como mi ordenador murió ahora eres tú el único que tiene todas esas fotos.
Pues tu también te lo pierdes.
Que pena haber llegado tarde a este Otonyo en Nueva York...
Pero mejor quedarse con ganas de mas. Al cuerpo siempre hay que darle un poco menos de lo que nos pide...
Aupa!
Qué punto el de Mariano, las fotos son muy chulas.
Ir, venir, volver, quedarse.
Al final, todo da igual.
Bueno, aquí de vuelta, vale, pero seguiremos, ¿no? Gracias por la cita. Saludos...
Escribir con ese talento forma parte de tu naturaleza, es algo que forma parte de ti.
Tómate todo el descanso que quieras para pensar... ¿No ha sido gracias al blog que has exprimido un poco más tu estancia en NY? Quizás también te sirva "en la vida real"
No nos robes el placer de leerte. Tampoco te prives del placer de compartirte.
Gracias.
Besos
A ver, aparte de que estás más llenito y yo con menos pelo (gracias por el apunte, Eresfea), debo reconocer que estoy enganchado a estas reseñas de la vida actual que nos has ido regalando desde NYC.
Ahora te paso la pelota... tanto que dices que Pamplona es una ciudad tan rica culturalmente, te toca describirla a tu manera, así que no nos abandones. O no habrá cena. He dicho.
No soy de visitar muchos blogs, pero una vez tras otra volvía a Otoño en Nueva York para disfrutar de tus historias, anécdotas o simplemente de esta gran ciudad a la que siempre uno espera volver. Tampoco soy periodista ni profesional de las letras, pero sí creo reconocer un estilo marcado y personal, que no forzado ni impuesto, en este blog que se pausa. Además, participa de ese humor y saber tan característico de los Sintomático, Ander Izagirre, Paco Sancho y otros territorios afines. Me apena este final inesperado, pero estoy seguro que tras el necesario descanso volveremos a saber de ti, Nahum. Suerte con el regreso a estas tierras bárbaras.
Acho, casi me pierdo este despedidón, yo que me había quedado en el aeropuerto. Y vaya chorro de lágrimas y nostalgia. Uff.
Sí, ha sido un placer leerte y vivir en Nueva York una vez más gracias a tus historias. Pero estoy contigo en que la cosa tenía tensión porque tenía final.
Confirmado otra vez: nada tiene más poder de convocatoria que un funeral.
Eso, eso. No se termina de despedir el duelo.
Esto... sobre lo de "encontrar un tono". No pretendo llevarle la contraria a tus maestros. Pero resulta que tienes muchos tonos. Y buenos. No tiene por qué ser sólo uno. Sería mono-tono. Tautológicamente monótono.
--
hala, hala,hala, te he encontrado yo sola, y cuando ya has cerrado el blog! no vale! avisa si lo reabres!
Creo que me he pasado por aquí alguna vez, pero no tanto como para que me conozcas. Estoy con tu amiga en lo del tono, pero también contigo cuando dices que es difícil mantenerse homogéneo cuando se tocan todos los palos. Me impresiona que hables de la "alta toxicidad de los blogs" y que digas que son "más adictivos que cualquier chute nocturno". No te conozco pero creo que te entiendo.
Nahum, ¿para cuando un nuevo blog? Ya sabes eso de año nuevo, blog nuevo... A ver si te aplicas el cuento.
Un beso,
Curioseando por internet una tarde-noche de estas tontas he encontrado por casualidad tus reflexiones, pero veo que llego un poco tarde... Me he reído un montón, sobre todo por lo identificada que me he sentido con tu Cotidiografía. Eso de estar investigando por esos mundos de Dios, comiendo en los comedores y luchando contra la modorra de después de comer en la biblioteca con tentadores y cómodos sofás. La verdad que se parecía bastante a mi día de hoy, jeje. Y además deduzco que estás en la unav. Supongo que entonces habrás pasado también alguna modorra que otra en las mesas blancas de la biblio. Pues nada, a ver si podemos volver a leerte por aquí. Hombre, Pamplona no es NY, pero igual también te inspira...
Caí aquí por casualidad y me ha agradado leerte y, sobre todo, verte tan contento, saberte lejos de la pena del último cruce de caminos, cuando ni siquiera el disfraz de pingüino podía velar tanto vacío.
Lo mejor, las imágenes de tu "father" -¡anímalo, que tiene alma de fotoperiodista de los que ya no quedan!- y, por supuesto, el salto del charco, un Atlántico que hincha los pulmones y brinda horizontes imperceptibles desde la ciudad ensombrerada (o "entxapelada").
Felicidades, asimismo, por elegir el silencio: fue siempre una de tus bazas más valiosas. Para perder o ganar, pero ahí estabas, fiel a ti, tierno y firme a un tiempo, reincidente convencido. Era un regalo el modo en que callabas (¡presente!) y un resquicio para comprenderte (con perdón por la rima). Si deseas seguir el consejo "maestro" y convertirte en un escritor tonificado, aparca esa vieja inquietud por la aprobación (mala baraja que frecuentas todavía, ¡cuando nunca te hizo falta!) y acude a tus recursos. El resto -de tu silencio también- llegará garabateando.
Buena suerte y abrazos desde esta orilla de un mismo oceáno.
Tanto tiempo después, en este blog casi olvidado, me encuentro con esta bella respuesta anónima.
Y me da rabia no saber quién escribe tan sutiles palabras... Porque es evidente que sí, que nos conocemos. ¿Alguna pista más?
¡¡Pero no decías que no contestabas a los comentarios?? Sello personal e intransferible, genio y figura...
Con estas huellas me encuentras hasta con mapa. Eso es lo de más, lo realmente importante fue verte, re-conocerte (también, desde mi óptica, evidente) contento.
Como estamos talluditos, pese a que el adolescente interior se frota las manos ante la perspectiva, el veo-veo resulta bastante bochornoso. Por consiguiente, prometo juntar unas líneas en cuanto disponga de un rato tranquilo y resolver el humilde misterio. ¿A qué parte del mundo enviarlas? ¿A unav.es?, ¿todavía te alojas allí?
P.S.: el adolescente brama... La pista -¡de las buenas!- es que no espero respuesta. Fácil, fácil...
Sr. blogger:
Le ruego que, cuando usted lo tenga a bien, se plantee contestar a la cuestión presentada. ¿A qué buzón enviar esas cuatro líneas sobre su escritura, que el pudor (mío y suyo) impide dejar a la luz pública? También deseo fervientemente felicitarlo (s) por sus esponsales y no sé dónde verter tanta alegría por la(s) suya(s)...
Esperaré. Y, en ese transcurso de tiempo, leeré a uno de sus amigos. Le agradezco que me descubriera a Paco Sancho, ¡¡por fin un lúcido!!. No sabe usted con qué fruición me he reconocido en su cuestionamiento del periodismo ciudadano y el open source y a todo ese blablabla... ¡Maravilloso! ¡Alentador!, no sabe él cuánto... Tremenda dádiva veraniega.
¡Joé, vaya baile de máscaras! Si pusiera usted el mismo empeño en buscar mi correo electrónico que en disfrazar de misterio sus escritos, habría dado con el albgarcia de unav.es hace muuucho...
Perdona, si te he molestado. Todo claro; la consulta se debía a la voluntad de enviar unas letras a un buzón, no a un e-buzón, pero ya me has resuelto la duda de manera indirecta. Sólo una aclaración: los disfraces, para quien los requiera, el veo-veo me pilla con años y, todavía con más, el histrionismo barato del bloggero enmascarado... En este caso todo lo que supones es más que innecesario: ¿para qué el afeite si se trata de felicitar a un viejo amigo? Por eso no lo hago por internet, porque hay cosas que, Deo gratia, no encajarán nunca en el molde de bit. Compartir un afecto y desearte/les lo mejor, al menos para mí, necesita otros modos; y sí, entregar la vida antes que las armas. Carácter; más bien, una cuestión de discreción, sobre todo en la tercera acepción; también con la esperanza de hacerte llegar la primera y la segunda, el poco callo a y las durezas de la escritura y la experiencia de quien te ha encontrado, por casualidad, en la red (y no precisamente en un buzón digital que ya sé, desde hace años, que utilizas-unav.es es el modo en el que la gente, allende sus muros, se refiere a la UNAV; el chistecillo va en la extensión -"uuuuuh, ¡¡naves!!". Comprendo que no comprendieras, también se aprende eso de ser un lector tonificado).
Una vez más, disculpa si te enojó que mostrara una urbanidad elemental; supongo que en este carnaval de hoy estos gestos pasan, como otras muchas cosas, desapercibido y requiere algo de (y no muuuuucha) agudeza.
Hello, as you can see this is my first post here.
I will be glad to get some help at the start.
Thanks in advance and good luck! :)
Como Nueva York es una de mis ciudades favoritas, todo lo vinculado con dicha ciudad me fascina y por eso si logro conseguir viajes a nueva york económicos, me gustaría regresar allí porque mas alla de cuantas veces uno vaya, vale la pena volver
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