La melancolía de los aeropuertos.
Cerrar los ojos y aparecer al otro lado de la luna.
¿Dónde va tanta gente? ¿Cuántas -cuántas- historias se podrían escribir con ellos?
30 de noviembre de 2007
Desde la puerta de embarque...
Publicado por Nahum en 23:55
Etiquetas: Jet-lag, On the road
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10 comentarios:
Bienvenido a casa :D
Welcome back again to The Matrix!
A mí me impresionó sobrevolar Groenlandia en un vuelo a San Francisco. En un día bastante soso y sin mucho que contar (te montas en el transporte en una ciudad, bajas en otra), resulta que ¡has atravesado Groenlandia!
Espero las hilarantes crónicas sobre los problemas que te ha traído la barba en los controles fronterizos y aeroportuarios.
¿La melancolía de los aeropuertos? Más bien, el aburrimiento de la espera.
Bien, ya se ha terminado el viaje. Pero no el otoño. Ni Nueva York. Ni los recuerdos. Ni las fotos. Ni los sentimientos. Ni las ideas apenas esbozadas. Queda material para muchas últimas notas. Y hasta algún post. Seguro.
Pasaste de turista a viajero. De ahí a ciudadano. Un niuyorquer integrado. Eso tarda en diluirse, que lo sepas. Más que el yetlaj. No importa, viajar amplía la perspectiva. Ojos nuevos. Qué raros éstos de Pamplona ¿verdad?, no hay dónde comprar un jotdoc.
Venga, Nahum, sigue hasta el solsticio. Que lleguemos a creer que es mentira. Que no has vuelto.
--
Miles, miles, miles, de millones. Welcome back!
Un poco más de lo mismo. He estado un par de días desconectada y cuando leo tu post me encuentro con que ya debes de estar de vuelta. No sé si me alegra (echaré de menos leerte), pero bienvenido.
Es cierto... ¿por qué no sigues? De hecho, puedes seguir allí desde Pamplona, Murcia o Madrid. Sólo tienes que pensar y recuperar esa poética de los suburbia que tanto te gusta.
A mi no me producen melancolía los aeropuertos, sólo -quizá- si me quedo en tierra. En cambio, he pensado como tú, muchas veces, en la cantidad de mundos dentro de un avión al ver su estela en el cielo. Cientos de vidas con historias, tantos yoes. Qué vértigo.
¡¡Pastelito!! Bienvenido de nuevo a España, se acabó la buena vida...
Besos.
Lauri
Vuelve...
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